Esta es quizás la primera vez que confieso ante otros que siempre he tenido es miedo latente, esa inexplicable forma de sentir que algo sucederá. Jamás pensé que eso tendría mucho que ver con mis sentimientos reprimidos de adolescente y mucho menos que sería el verdadero causal de mis depresiones sucesivas.
Y fue que un día luego de no poder ni caminar por la tembladera y de sentirme absolutamente intranquila fui al médico, al psiquiatra para ser exacta. Y no me da verguenza contar que todo ese miedo y esa angustia me la causa una enfermedad que va más allá de una depresión. El nombre de este trastorno está de más, el punto es que me di cuenta necesito limpiar completamente mi cuerpo mi alma y mi mente. Y hoy luego de haber sufrido de una manera bastante exagerada por una relación en la que volqué todas mis esperanzas me doy cuenta que no podía seguir más con eso, no mientras pueda controlar esta enfermedad.
El amor ya no es una prioridad, no lo será hasta que pueda curar poco a poco lo que soy.
Por fin siento que puedo encontrar la solución de muchas cosas que yo misma he causado en mi.
La pluma cayó al fin, ahora es momento de ponerla en su lugar, sea cual fuera.
2 comentarios:
uno nunca da lo ke no tiene, me parece genial ke empiezes por ti, por tu bienestar, besitos psicodelicos del otro lado de la luna y apachuron chocolatoso, todo pasa incluso el dolor.
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