
Mi vida está plana y extraño tanto tantas situaciones,
personas y lugares. Y a pesar que tengo a esa persona especial a mi lado hay
cosas que aún no encajan desde que vine a Lima. Creo que aún no acepto que todo
es distinto, sí 3 años después.
Y fastidia el sentimiento aunque la gente me mira raro y no me importe. Solo
quiero estar lo suficientemente concentrada para hacer lo que debo hacer,
terminar el día, ir a casa y quizá reflexionar a oscuras.
Lo único bueno de esta situación es que al parecer estos
momentos de inseguridad y dolencia menta-espiritual que me caracterizan no se
habían ido y son escusa para volver a este, mi otra dimensión.