Y mientras vas quitándote la ropa, con esa sensualidad mielosa, respira poco a poco. No estás frente a un espejo, no eres tú quien mira.
Comienza a besar con desparpajo, respira nuevamente, eres rosa no azul: siéntelo, emánalo.
Sus dedos no te tocan, te van creando poco a poco ¿Temor de no ser tú?¿Por qué?
No es una pugna, es una danza vibrante, sudorosa, excitante.
Vuela dentro esa sublime exhalación que hace sobre tu pecho... voltea, tu cuerpo está tendido, no estás muerta, solo tu alma está dando un paseo.