sábado, 26 de enero de 2013

Llámalo como quieras

Sonreír más seguido y apreciar de verdad que viento te hace un favor al levantar tu cabello puede significar nada y mucho.

He llegado a pensar que me encanta sufrir no porque me hace creativa, sino porque es un estado en el que mis heroínas han vivido y eso me hace más cercana  a ellas. Eso te da ese "toque", lo que muchos no tienen y que de alguna forma te hace visible. ¡Vamos, todos queremos ser un poco distintos a la gran masa! El que diga que no pues felicitaciones. Y no puedo disculparme por el cinismo, simplemente lo digo y ya. 

Pero mientras hago filosofía barata escuchando una canción de The Cure que acaricia mis piernas, me doy cuenta que es un poco tonto e inmaduro ser un descocado total respecto a tus sentimientos y personalidad, pero simplemente no puedo evitarlo. Soy así desde que me conozco y no caeré en esa estupidez de decir "soy re bipolar" porque no es la verdad. 

Llámalo como quieras, ni yo lo sé. Tengo lo que quiero: sonrío, me gusta resquebrajar mi alma, darme latigazos, caminar por las calles y besar a mi novio como si fuera el fin del mundo, luego vuelvo a llorar y darle la vuelta a miles de sentimientos raros. 

Creo que a nadie le importa, pero es esa una de las razones por las que creo que al menos hay chispa en mi vida: porque me gusta experimentar todos los sentimientos de manera desordenada y hasta un poco cruel con mi psiquis. 

Ps: La canción no va para nada, así como nada de lo dicho en este post.