Estabas molesto, yo cansada.
Me mirabas con desprecio, yo ni siquiera te sentía. Y de repente el piano de Chris Martín empezó a sonar, y no paramos de besarnos hasta que fueron las 2 y 30 am. Así fue.
Fue la última vez. Tu última mirada azul. Mi ultimo abrazo desesperado. Y la atmósfera se lleno de nuestras emociones en forma de libélulas.
Eran las 2 y 31 am, te fuiste. Así fue.
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