domingo, 16 de enero de 2011

Agua, no me lleves


Yo maldigo cada vez que despierto sudorosa y fuera mi cada vez que tengo ese sueño. Es que ella y yo nunca nos hemos llevado bien: ni despierta, ni dormida, ni en mis tontas realidades y mucho menos en mis pesadillas.

Nunca aprendí a nadar, no quiero hacerlo. SÍ, TENGO MIEDO.

Es quizá ese miedo consciente el que me hace querer huir cada vez que esto cerca al mar o de una piscina. No tolero la idea de poder ahogarme y sé que no me gustaría morir así.

¿La causa? Inteligible para mí. Se supone que los humanos somos seres acuosos, que estamos cerca de 9 meses encerrados en un ambiente lleno de líquido, se supone que flotamos y que podemos vivir bien ahí.

Yo no puedo, no quiero que el agua me lleve. Como en aquel sueño en el que estoy en una terraza hermosa, donde podía respirar profundo cuando de pronto una ola enorme arrastraba todo a su paso. No podía moverme, solo rogaba por dentro “agua no me lleves” y esperaba se arrastrada a morir, al fin. Esa sensación desesperante aún está conmigo latente cuando algo estruendoso sucede en mi vida.

Y esto se repite al menos tres noches al año desde que tengo memoria. Esa ola, esa desesperación, ese temor.

Y es que mis miedos son agua, mi ansiedad es agua eso que para muchos significa vida eso para mi es quizá lo más temible.

Tú ¿A qué le temes?

2 comentarios:

hpereyraf dijo...

No he leído mi libro de sueños, pero si alguno es muy repetitivo algo debe de haber x ahi...

Elmo Nofeo dijo...

Menos mal que le tiene miedo al agua en sueños,
porque si fuera en la vida real me olería mal.