Te ví entre aquellas luces rojiverdes
Entre los aplausos y las botellas de licor
Y allí empezó a rondarme el síndrome de impactación.
Rayando mi piel y escarbando en los zócalos de mi cerebro
Se metía tu imagen en mí
Esa imagen de niño travieso con ganas de joder
Y tu voz sonó como un susurro
En mi cerebro cuando llegaste a
“pero tu despertaste de este sueño”
Y el impacto fue mayor, porque
Abriste las heridas semiciratizadas
Y el impacto fue mayor porque
Me gusto tu simple esencia musical
Tu sonrisa entrecortada y tu voz grande pequeña
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