martes, 22 de mayo de 2007

2004



Luego de una conversación de 28 minutos y 59 segundos sentí que volví a 3 años atrás. Volví junto contigo al 2004. El año que terminamos aquel divertido laberinto llamado colegio.

Saque los discos que en esa época eran nuestros tesoros más preciados y volví a sentir en nariz ese aire con esencias de recuerdos.

En tu llamada me hiciste recordar lo que era, lo que ya no soy. Me dijiste que yo era tan versátil, que podía sonreír llorando. Y recordé cuando te dije que “me quedaría sola para siempre” mientras lloraba, luego reí a más no poder, mientras caminábamos por la avenida Bolognesi al salir del colegio.

En ese tiempo no pensábamos en el futuro. Eras tu -y eres- la única que sabía que me pasaba sin que yo soltara una sola palabra.
Volví al 2004, cuando el estar súper lindas en la fiesta de prom era prioridad en nuestras vidas. Cómo olvidar que mandamos a hacer nuestros vestidos a la misma costurera y menos olvidar que quede hecha un payaso de tanto maquillaje que me pusieron y que tu no querías dejar que se viera la transparencia de tu vestido.

Tu sonrisa y la mía quedaron inmortalizadas en una fotografía que tengo junto a las cosas que son como oro para mi. Tus recuerdos y los míos siempre coinciden cuando nos reunimos cada cuatro meses para decirnos lo que nos pasó, para llorar, para reír o simplemente para darnos un abrazo y saber que no estamos solas.

Ahora, muchos años después de que nos conocimos en aquella formación de escolar, siento, que si nos miramos de nuevo, veremos las mismas miradas y viajaremos a esa época cuando no éramos un juguete más de la vida, cuando las ilusiones eran más grandes; volveremos al 2004.

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