A propósito de galletas

Estaba sentada esperando a que él se acordara de recorgela de la escuela... eran las 5 de la tarde, ya más de 4 horas habían psado desde que las clases terminaron y ella seguí ahí segura de que él llegaría.

El ambiente era propicio para derramar lagrimas y gritar como la niña que era, pero no lo hizo, era fuerte y su terquedad, heredada de él por cierto, la mantenía firme y le decía ¡ Ya llegará!

El hambre estaba haciendo estragos en su pancita, una niña de ocho años no puede estar mucho tiempo sin ingerir al menos una golosina, pero seguía esperando.

El escarabajo rojo se detuvo, y ella corrió a abrazarlo. Él le pidió mil y una disculpas, pero ella no escuchaba solo quería abrazarlo. " te traje algo" , le dijo y ella con sus ojitos chiquitos y aguantando el llanto procedió a rebuscarle los bolsillos como lo hacía desde que tenía dos años. Y fue así que las encontró, una bolsa de galletas de animalitos, sus galletas favoritas.

Subieron al auto y ella le contó todo lo que había pasado en el día, mientras acababa el contenido de la bolsita rectangular llena de leones, camellos y vaquitas.

Siete y cuarenta y ocho de la mañana, él llega apurado y con muchos ánimos por contarle lo que pasó en lima. Ella lo abraza como siempre y lo mira, ahora con sus ojos son más grandes y ya no le rebusca nada, él le dice "te traje algo" y le entrega una bolsa gigante ... eran galletas de animalitos, que después de diez años siguen siendo sus favoritas...